martes, 12 de julio de 2016

Reseñas literarias: Ciudad de Heridas


Ficha Técnica

Título original: Ciudad de Heridas
Autor: Miguel Córdoba
Portada: María Delgado
Género: Terror, ciencia-ficción
Nacionalidad: España
Formato: Rústica
Nº de páginas: 227
Editorial: El Transbordador
Publicación: 2015


Sinopsis:
A la ciudad de Gran Salto acaba de llegar un forastero. Es un tipo muy alto -casi parece un zancudo-, viste de negro y lleva puesta una ridícula chistera. Sus ojos, de un extraño color violeta, contienen todas las estrellas del cosmos. Lleva consigo una maleta pasada de moda donde guarda el destino de cuatro chicos, una cuchilla con la que cortar una sonrisa y un plan para que se deje de construir la ciudad. Ha venido a curar viejas heridas. Perros que emiten gemidos casi humanos, unos terribles asesinatos en casa de un famoso escritor o un lago con un romántico y asfixiante secreto son sólo algunos de los ingredientes de esta singular historia.


Reseña:
Normal o habitualmente, lo que prefiráis, asociamos términos como "cliché" y "tópico" en un estrato más negativo que otros como "original" y "único", lo cual es bastante curioso, porque si somos minuciosos a la hora de analizarlos veremos que todo tiene que ver mucho con el contexto y cómo los desarrollemos; por supuesto, en este caso hablo de reseñas, críticas o los ya mencionados análisis, ya sean de películas, videojuegos, cómics, series, discos de música o, en este caso, libros. Afirmar que una novela es original ya indica para muchos que es buena, cuando en realidad podría tratarse de un pestiño muy grande a pesar de su supuesta originalidad. Podría contar los ejemplos por miles en cualquiera de los ámbitos anteriormente mencionados, y también al revés, es decir, historias repletas de clichés que quien las escribe es capaz de manejarlos con tanta soltura que no sólo pasan desapercibidos, sino que además resultan tan agradables como si fuera la primera vez que los leemos. No, algo original no es bueno de antemano, y algo manido tampoco debe ser malo desde un primer momento, a pesar de que las primeras impresiones den a entender lo contrario en los dos casos. ¿Quién se acerca a un libro del que el reseñador dice que está repleto de tópicos? En cambio, si afirmase que es el título más original que ha leído en mucho tiempo, ¿os lo pensaríais mucho? E insisto, igual estamos hablando de un volumen cuya originalidad no es precisamente de lo mejorcito del mismo, o de otro donde los tópicos son tan bien utilizados que sólo podemos pedir una nueva bandeja de ellos al acabar la historia. Generalizar, incluso en el encorsetado mundo de los conceptos, nos puede traer más de un disgusto.

Supongo que ahora es cuando esperáis que ponga a parir "Ciudad de Heridas" alegando que está formada por un cliché tras otro, pero que después de todo es una agradable lectura. O, todavía mejor, que comente que su larga lista de tópicos no empañan los aciertos de Miguel Córdoba (Supermalia), su autor. Bueno, también podría dar buena carnaza negativa a este blog y afirmar que el autor no sabe manejar ni uno solo de los clichés que usa en su primera novela, y que todo lo que estaba diciendo hasta el momento era para despistaros, o que tengáis en cuenta que sí que hay títulos que los utilizan de la mejor forma posible. En algo no os estoy mintiendo, y es que he tratado de jugar a despistaros, porque en realidad todo lo que comentaba sobre los tópicos y los clichés era referido a la presente reseña sobre "Ciudad de Heridas". Sí, estáis leyendo un análisis cliché de principio a fin, como muchos de los que han ido saliendo alrededor de la obra de Miguel Córdoba desde su estreno editorial. Ojo, que no se me lancen los demás críticos a la yugular, porque no lo digo en el mal sentido, sino todo lo contrario. Cuando se empiezan a leer los mismos buenos tópicos en la mayoría de las reseñas (por no decir en todas) de un libro concreto, eso quiere decir algo, eso quiere decir que igual todos tenemos razón en el análisis de ese título. En el caso de "Ciudad de Heridas" me adscribo a dos tópicos utilizados por todos mis compañeros críticos. El primero de ellos hace referencia a la calidad del trabajo de Miguel Córdoba, y voy a ser muy claro al respecto: "Ciudad de Heridas" es muy, muy buena. Sin extenderme demasiado, al menos por ahora, estamos ante un libro que no parece el primer trabajo en solitario de un autor, no, sino el cuarto o quinto título de su bibliografía. Ahí es nada. ¿Y el segundo tópico del que voy a hacer uso? Éste quizás os suene tanto como el anterior si es que habéis estado atentos al camino recorrido por "Ciudad de Heridas" desde que se publicó el pasado 2015. Nos encontramos frente a una novela de la que es muy complicado hablar sin desvelar datos importantes. Ahondar en "Ciudad de Heridas" sin tacto puede provocar que el lector se pierda alguna que otra sorpresa, así que intentaré ir con sumo cuidado.

Sin embargo, no hay mal que por bien no venga, si es que se podría considerar malo que una historia contenga tanto misterio como para ser un ninja analista a la hora de reseñarla. Esto me va a permitir hablaros de Ediciones El Transbordador, la editorial encargada de darnos a conocer a Miguel Córdoba, además de profundizar en cómo se gestó "Ciudad de Heridas", y los pasos que tuvo que llevar a cabo el autor para ver su obra publicada... por segunda vez. Sí, el título del que os hablo hoy no es nuevo en el mercado editorial, aunque ahora consigue la edición que se merece, además de la popularidad que le estaba siendo negada. Precisamente, fue así como los editores del Transbordador encontraron "Ciudad de Heridas", como una historia autopublicada, no en una mala edición, pero sí muy lejana a la que tenemos ahora, magnífica en todos los sentidos, desde la misma portada hasta la propia contraportada, el primer ejemplo de que esta editorial malagueña ha llegado no sólo para hacer las cosas bien, sino muy bien. Todavía recuerdo con cariño los primeros compases en la creación de la edición transbordadora de "Ciudad de Heridas", cuando los editores me comentaban que habían dado con la novela perfecta para iniciar su sueño editorial, un título de terror, surrealismo y ciencia-ficción que les había encandilado desde la primera página. Al verlos tan ilusionados no pude más que preguntarles sobre la trama, y la respuesta siempre era la misma: "Te lo tienes que leer". Y aunque es cierto que me dejaron echarle un breve vistazo al primer y atractivo capítulo, hasta ahí llegó todo. Además, por aquel entonces tampoco conocía al genio de Miguel Córdoba, pero tenía ganas por las maravillas que contaban de él. No pasó mucho tiempo hasta que se publicó "Ciudad de Heridas" como se merecía, y al fin logré meterle mano. Si tenemos en cuenta que fue uno de los títulos que coloqué entre mis mejores lecturas de 2015, supongo que el resto es historia, ¿verdad?

Antes de continuar, me gustaría pararme en un par de detalles que servirán también para poner en perspectiva algunos aspectos tanto de "Ciudad de Heridas" como de mi pequeño análisis. El primero de ellos es referente a mi tardanza a realizar la reseña, algo que después de todo es beneficioso a la hora de contemplar el recorrido de la novela, a la que todavía le queda bastante, en concreto, hasta que Miguel Córdoba nos deleite con otra de sus producciones literarias. Analizar ahora "Ciudad de Heridas" me ha permitido ver en perspectiva el verdadero alcance de la ciudad de Gran Salto y los personajes que la pueblan, sobre todo cuando se trata de escritores con ciertos problemillas. Uno devora el libro, porque "Ciudad de Heridas" se devora de principio a fin, lo deja macerando en el estómago mental durante cierto tiempo y, a la vez, va observando en silencio lo que otros lectores opinan. ¿Habré visto lo mismo que ellos? ¿Habré sentido lo mismo? ¿Me habrá llegado de la misma forma? ¿Me habrá durado dos tardes como a ellos? El análisis de "Ciudad de Heridas" va tomando forma. Además, admitamos que siempre viene bien que las reseñas sigan saliendo. De poca promoción sirve que salgan todas la misma semana y durante los meses siguientes no aparezca ninguna, así que creo que es el momento idóneo para mostraros lo que opino sobre la primera, y no última novela, de Miguel Córdoba. Pero os hablaba antes de un par de detalles que comentar del presente análisis, y el segundo de ellos tiene que ver con el trabajo de Ediciones El Transbordador. Tengamos en cuenta que el mundillo editorial es bastante complicado, siempre lo ha sido, pero todavía más para las editoriales pequeñas y medianas, en especial para las que recién nacidas, y el Transbordador es una de éstas. Lo lógico, habitual y normal hubiera sido apostar por un autor ya conocido, por una novela en exclusiva de alguien que les hubiera asegurado un mínimo de ventas. No es una elección cobarde, no digo eso, sino lógica. Sin embargo, en el Transbordador han demostrado que son muy fans del "más difícil todavía" desde sus primeros pasos, y los últimos tampoco es que los alejen de esa consideración; desde la publicación de una antología de superhéroes con ilustraciones a todo color hasta trabajar incansablemente con la ciencia-ficción, convirtiéndose rápidamente en una de las editoriales de referencia del género en este país. Y todo empezó con "Ciudad de Heridas", una novela ya publicada de un autor por entonces desconocido. No, en el Transbordador no iban a conformarse con publicar a un autopublicado que hubiese vendido bastantes ejemplares como para adquirir el consabido yate del escritor (¿mito o realidad?), sino que iban a apostar por alguien tan nuevo como prometedor. Y hay que tener valor para que ser una editorial pequeña, recién creada, y que tu primer libro ya haya estado en el mercado. Bravo, bravo, bravo.

La apuesta por ambas partes no ha podido salir mejor. "Ciudad de Heridas" se ha convertido en apenas unos meses de vida (todavía no llega al año) en una de las novelas más sorprendentes que he tenido el lujo de leer en los últimos años, y no exagero, no. La intrincada historia de la ciudad de Gran Salto y cierto escritor, cuyo nombre ni siquiera voy a confirmaros, absorbe de tal forma que, como os decía antes, el trabajo de Miguel Córdoba no se lee, sino que se devora, se bebe, y cuando te quieres dar cuenta te lo has terminado. Bien es cierto que el libro no llega a las doscientas cincuenta páginas, pero ese no es el motivo, sino por lo excelentemente hilada que está la trama, sin olvidar la prosa del autor, sencilla que no simplona, alternando momentos donde se transforma en pura poesía sin sufrir ese enrevesamiento que acusan algunos novelista, más preocupados en demostrarle a los lectores lo bien que escriben más que en contar una historia cohesionada. Igual que hay títulos de cien páginas que se hacen eternos, hay otros de mil que se acaban en un fin de semana. "Ciudad de Heridas" no se acaba en un suspiro por su extensión, que tampoco es precisamente la de una novela corta, sino porque el autor ha hecho su trabajo a la perfección. Además, aunque en muchos análisis se habla de la pizca de ciencia-ficción que tiene, pizca que admito posee la historia a pesar de que se dé en especial en el último tercio de la obra, debo reconocer que me quedo con todo el terror que destila, llegando a tener escenas realmente espeluznantes, y no soy precisamente un lector timorato, sino bastante curtido en lo referente al terror literario. Sin duda, me quedo con la parte más aterradora de "Ciudad de Heridas", llegando a gustarme menos las escenas protagonizadas por la ciencia-ficción. No me parece un defecto del título, en absoluto, sino más bien algo referido a mis gustos personales que a otros aspectos objetivos en relación a analizar el libro. Hay ciencia-ficción, no os preocupéis, amantes del género, aunque también debo afirmar que mucho menos de lo que algunas reseñas han señalado.

¿Y cómo continuar hablando de "Ciudad de Heridas" sin desvelaros nada? Lo intentaré. Estamos en Gran Salto, una pequeña ciudad (¿pueblo?) a la que llega un extraño personaje que, como bien indica la sinopsis, es muy alto, lleva puesta una chistera y planea algo que iremos descubriendo conforme engullamos las páginas de la novela. Eso sí, los sucesos paranormales no dejan de aparecer desde la llegada del misterioso hombre, hechos que conectan con el pasado de algunos de los personajes protagonistas, y que ¿tienen que ver con el brutal asesinato de un escritor? Bueno, bueno, bueno. Tendréis que descubrirlo vosotros mismos. Atentos, porque Miguel no sólo no deja títere sin cabeza, sino que ha hilado de manera maravillosa todas y cada una de las vías argumentales que se van creando a partir de estos conceptos que ya vienen mostrados en la sinopsis. "Ciudad de Heridas" es un libro dentro de un libro encerrado en otro libro, lo cual consigue que al terminarlo tengas ganas de echarle un nuevo vistazo para hallar todas esas conexiones que el autor ha ido colocando aquí y allá, pistas sobre el destino de los personajes y el argumento. Sin entrar en muchos detalles, hay cabos que parecen sueltos que en realidad están muy atados desde la primera vez que los vemos, y los que no, se van atando poco a poco. ¿Cómo lo hacen? Relectura al canto. Y teniendo en cuenta lo absorbente que es "Ciudad de Heridas", no es precisamente una mala idea, no. Eso sí, estamos ante una de esas novelas que un juntaletras disfruta de forma extra. Miguel Córdoba, al más puro estilo Stephen King (El misterio de Salem´s Lot, Cementerio de animales), nos hace un retrato tan interesante como crudo de lo que supone a veces ser escritor, de la relación que estos guardan con sus obras y de cómo sienten el mundo que los rodea. Ojo, si "sólo" sois lectores no significa que no vayáis a gozar menos con estas partes, pero es verdad que si a veces le dais al teclado para crear vuestras propias historias, y además éstas son de terror, es posible que notéis unos mordiscos producidos por el bichito de la identificación. Al respecto, pensad en títulos como "Misery" y "La mitad oscura", en especial la segunda, una obra que se nota que Miguel adora.

Ese es otro de los grandes aciertos de "Ciudad de Heridas", todo lo que el autor vuelca de sí mismo en ella. Referencias, guiños, gustos, influencias... Lo fácil sería mencionar a King, sí, y no me faltaría razón, en especial con cierto "flashback" que recuerda mucho a "It (Eso)", una de las mejores partes de todo el libro, por cierto. E incluso no estaría de más hablar de Miguel Córdoba como el Stephen King español (¿otro más?) y unirme al club de los malos clichés kingnianos en este país. Sí, de un tiempo a esta parte es costumbre que cada vez que un autor español escriba una novela de terror sea considerado automáticamente el Stephen King español, apelativo que salvo en un par de casos suelen perder conforme aumentan su bibliografía, ya sea porque cambian de género repentinamente o porque pierden ese toque King de la primera obra. Con Miguel Córdoba no tenemos a un nuevo King español, sino al Clive Barker español. ¿Por qué nadie nombra a este también maestro del terror? Miguel vive mucho de King, insisto, aunque también del genio Barker, como bien indican las directas escenas de sexo del libro, los fetiches de Damián, esa escena con cierta navaja de afeitar, o el surrealismo que rodea gran parte de la historia. Si tenemos Kings españoles, ¿por qué no un Barker? Ya está aquí. Es Miguel Córdoba. Y esto sólo acaba de comenzar. Eso sí, sería un auténtico cegato si no mencionara otra de las obras que más influencia han ejercido tanto en "Ciudad de Heridas" como en el autor, y es "Los cantos de Maldoror". Si la habéis leído antes de meteros en el cuerpo la historia de Gran Salto, tenéis otro extra de disfrute. De lo contrario, ya estáis tardando, aunque vais a dar con un libro tan surrealista como cruel, sádico y endemoniado en todos los sentidos.

Considero una pena tener que ir con tanto cuidado a la hora de seguir hablando de "Ciudad de Heridas", ya que apenas puedo comentar nada sobre sus personajes, otro de los valores positivos del texto. No es que sea una novela coral ni mucho menos, aunque al principio parezca lo contrario. Poco a poco, Miguel se va centrando en los personajes que importan, hasta que uno de ellos, mi favorito de "Ciudad de Heridas" y una creación literaria de matrícula de honor para mi gusto, ocupa casi por completo uno de los tres capítulos o actos (sin contar el prólogo) de la obra, sin contar a los personajes secundarios que pululan a su alrededor, por supuesto. Miguel Córdoba pone toda la carne en el asador con su creación estrella para mostrarnos los acontecimientos que nos llevarán a descubrir la terrible verdad que esconde Gran Salto, la respuesta a todas las preguntas que van surgiendo durante la lectura de este su primer trabajo literario publicado, incluyendo la identidad del hombre de la chistera. ¿Es el final el mayor problema de "Ciudad de Heridas"? Es cierto que para los que nos quedamos con las partes centradas en el terror, las últimas páginas del libro pueden romper un poco la tónica que hemos ido viviendo, y no hablo por el surrealismo que las impregna, en absoluto, sino por ese tono de ciencia-ficción del que os hablaba antes. Y aun así, queda, bien. Si ese es todo el problema de la novela, ya les gustaría a muchos escribir historias que los tuvieran de ese tamaño, y repetidamente. El viaje hasta dar con la contestación a todas las preguntas no puede ser mejor, y en él Miguel no sólo demuestra todo lo que sabe de literatura (el libro al completo es un libro dentro de otro libro), sino también sobre arte, música, cine... Da gusto comprobar cómo un autor no tiene miedo de abrirse en canal a los lectores por medio de su trabajo.

Por supuesto, no me podría despedir de "Ciudad de Heridas" sin mencionar la excelente portada de María Delgado (Supermalia), que casa perfectamente con la novela. De esas ilustraciones (en este caso ocupa también la contraportada) que han nacido para pertenecer a la obra cuya cubierta protagonizan. Y sin desvelar nada, ojo, esencial en este título. Vemos al hombre de la chistera, la ciudad de Gran Salto y poco más. Además, es una portada completamente blanca salvo por esos tonos morados que tan bien quedan y tanto llaman la atención. ¿Blanco y morado? Compro, sin duda. Aunque sin el trabajo de edición y diseño del Transbordador el libro no luciría tanto, estad seguros de ello. En conclusión, y para no enrollarme más, corriendo así el riesgo de soltaros un spoiler de los gordos sobre la historia, "Ciudad de Heridas" es una de las mejores sorpresas literarias de los últimos años. No os dejéis llevar por los prejuicios relacionados con que el autor sea español y la editorial una recién llegada (mientras escribo estas líneas, ya no tanto) al mundillo, y pensad en que todos los análisis realizados alrededor de la novela dicen lo mismo. Sí, somos una pandilla de analistas cliché que llenan líneas y líneas de tópicos acerca de "Ciudad de Heridas", pero son tópicos de los buenos, de los que indican que cuando todos estamos de acuerdo es por una razón muy concreta. Y en este caso esa es la calidad que destila el primer trabajo de Miguel Córdoba, al que estoy seguro de que muy pronto volveremos a ver demostrando que tiene mucho más que decir. Y mucho mejor. Ahí es nada.


Nota: 9/10


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